Acto 1

Todos los silencios tienen un porqué,
no como razones para contarle secretos a escondidas,
ni por falta de respeto o cobardía,
o de ímpetu por dañar relaciones.

Ni todos los que callan temen,
ni todos los que hablan confian.

Es como la curiosa necesidad de sentirse realizado.
Tan acostumbrados estamos a las respuestas,
que faltando una solo nos desorienta.

Hay quien la busca con incesante pataleo,
otros en el baúl desastre del recuerdo.

Lo que encuentres guárdalo para ti,
y sólo para ti.
Como un niño con su primer trofeo,
o como un puente de madera en el infierno.

Aprendemos a callar para no dañar,
pensando que el tiempo cura.
Pero no cura, diluye, agita, mezcla.

Somos la masa deforme del desamor,
sobre un torno de preguntas y respuestas,
y una sola forma de darle forma,
con lágrimas que endurecen la fina piel.

Javier Sánchez Lobato

06-09-2015

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