Aunque no lo dijeras

Tu dijiste que podia ser lo que me propusiera,
tu lo dijiste,
tu lo dijiste.
Director de la orquesta del destino,
las notas de cualquier partitura,
los dedos que guian los acordes,
la música que invade los oidos.
Que viene, ve y vence, para quedarse.

Pienso que quizás podría haber sido mejor,
haber intentado tal vez crecer más rápido.
Intentar al menos no decidir lo correcto,
tropezar y equivocarme alrevés,
esperando sentado para ver lo que entonces sería.

Y no miro atrás con orgullo,
si no es para escudriñar en mi pasado,
y volver a vivir lo vivido.

La soledad es una amiga que no viene solo de visita,
que se preocupa por ti y que te cuida,
que alarga la oscuridad de cada noche,
y que te anima a comer y a cenar,
con un cebo que poco a poco te enfermará,
hasta acabar quitándote la vida.

Tu dijiste que podía tener lo que quisiera,
tu lo dijiste,
¡tu lo dijiste!
Dueño incluso de lo que ahora soy dueño,
dueño incluso de mis sueños,
la mirada que invita a la obediencia,
la misma que ahora no tengo.

Tal vez un atardecer sentado en la orilla,
los árboles intentando esquivar la brisa,
tu y yo frente a frente,
y tu frente pegándose con la mía.

Ha pasado mucho tiempo,
quizás el necesario para entenderlo,
la voz que muda mi silencio,
la verdad que destapa mis mentiras,
la ira que empaña mi tristeza,
y la calma que apaga mi felicidad.

Todos me recuerdan algo que no quiero creer,
que es mejor no mirar al pasado,
dejar atrás aquellos hermosos días.
Que aquel mismo sol que se escondió,
nunca volverá,
y los árboles no pudieron esquivar aquella brisa.

Quizás no es suficiente lo que pueda ser,
no es suficiente lo que pueda tener,
tu lo dijiste,
¡tu lo dijiste!

Aunque no lo dijeras.

Javier Sánchez Lobato
16-08-2013

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