Dias de Trapo

Cansado de esperar,
decidí lo inoportuno,
zarandeé los hilos
que siempre me sujetaron.
Desenredé mis brazos cruzados
y el corazón se lavo las manos.

Marioneta del circo del recuerdo,
muñeco de trapo desfasado,
cadena oxidada del esclavo sentimiento.

Difícil es de romper
la tela que siempre cubrió mi cuerpo,
sin alfileres menguan las heridas,
solo arañazos marcan mi piel.

No recuerdo la hora
de mi ultima función,
siempre actor de manos arriba,
y cabeza abajo.

No olvido las deudas,
por las apuestas que siempre perdí.
En el juego que siempre jugué
pero que nunca entendí.

Siempre verdugo del condenado
a la perpetua tristeza,
siempre sosteniendo lagrimas
para después dejarlas caer.

Siempre amigo de aquel que nunca sonríe,
que nunca baila, salta o canta,
solo mueve su cuerpo al ritmo de los hilos,
que son la distracción de quien engaña,
de quien siempre sonríe, pero se empaña,
con el aliento del que siempre
baila, salta y canta.

Ansioso por encontrar el espejo,
que muestre mi fiel reflejo,
fui soldado de plomo en la batalla,
del mar de la tranquilidad,
prisionero del silencio.

Nunca caminare sobre el agua,
nunca volveré a pronunciar palabra.

Necios mis oídos,
por monólogos entre sordos y mudos,
me harté de la vida,
de toda esta oscuridad que me rodea.
Pues vivo harto de seguir,
el rumbo que me marca esta marea.
Ya no aguanto mas, y debo hacerlo,
pues será mi única salvación.

No debo de tener miedo al después,
a esas manos que ahogaran mi corazón,
debo hacerlo…

Debo escribir sobre ello.


(Javier Sánchez 2-8-04)

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